lunes, 24 de marzo de 2008

La entrevista en el Club

Luego de dormir profundamente, me dispuse a concurrir a la reunión de C.D. a la que habia sido citado. Al llegar me saludaron muy afectuosamente, aunque percibi cierta tensión. El Presidente del club tomó la palabra y me anunció que querían ofrecerme un nuevo contrato por el término de 10 años y por una increíble suma de dinero. Me sentí muy halagado, y así se lo expresé, aunque antes de firmar tendría que consultar con Ameli-Nicolini, que era mi representante legal, y aun no habia regresado de su viaje de negocios. Quedaron de acuerdo, y me dijeron que querían tratar otros temas conmigo. Acepté complacido, y me dispuse a escuchar. En primer término me solicitaban la posibilidad de que adquiriera la ciudadania italiana, ya que había alcanzado en el club una categoría de jugador que traspasaba las fronteras del pais, y sería un orgullo contarme como ciudadano. Me tomaron de sorpresa y quedé un rato en silencio. Luego de pensarlo un rato, les contesté que era una decisión muy grande y que tendría que meditarlo, ya que implicaba una serie de razones que no estaba en ese momento para considerar. Me dijeron que tomara el tiempo que considerara necesario, y luego sin darme una tregua me mostraron un diario en la que salían publicadas fotos mías en la fiesta de Cortina, preguntándome con quién había asistido, ya que consideraban que no era correcta para mi condición de joven jugador cun un porvenir increíble mi presencia en esa clase de fiestas con gente de gran prestigio, que si bien podían ser muy inocentes, también existía el tema del alcohol y la droga, y consideraban que no era bueno para mi prestigio y el de la Institución que siguiera frecuentando esa clase de amistades. Después de muchos rodeos, prácticamente me prohibieron continuara con esa vida y me dedicara de lleno a jugar al fútbol, donde consideraban que estaba en ese momento mi lugar y que les agradaría una confirmacion mía. Les contesté que estaba plenamente de acuerdo con las exigencias, que respetaría en un todo, anunciándoles también que como quedaban unos dias de licencia, aprovecharía para descansar afuera, en un lugar que por ahora les pedía fuera desconocido para todo el mundo. Aceptaron, no sin antes recordarme que de regreso tendria que reintegrarme a los entrenamientos que cada vez habrían de ser mas rigurosos, pues habían adquirido compromisos con varios equipos de Europa, con quienes se habían contratados partidos por sumas millonarias, porque en todos lados se quería ver jugar al equipo, con el prodigioso Bambino en sus filas, siendo eso muy beneficioso para las finanzas y la popularidad cada vez mas en ascenso de la Institución. Habiendo dado mi acuerdo, finalizó la reunión, con grandes abrazos y besos. Aliviado, partí para comunicarle a Maria Elena, que saldríamos a la brevedad para conocer sus viñedos junto con la elaboración del champán y los vinos que producían. Así hicimos, y como en el viaje a Cortina, partimos hacia Valmarino. Todo transcurrió como yo lo deseaba, con grandes muestras de cariño por parte de la condesa, en las cuales yo no me quedaba atrás. Llegamos a una hermosa finca, totalmente rodeada de vides. Noté un cambio de actitud en la condesa, que comenzó a dar órdenes con una actitud de mando que no le conocía.

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